Por: Junior Tejada Disla
Diariamente escuchamos voces que se levantan para pedir unión de fuerzas, unificación de propósitos, a que “todos y todas” Luchemos por evitar la gran tragedia. Pero esas mismas voces despotrican y acaban con todas y todo aquel tenga una opinión o forma le luchar diferente a las de ellos. Son Ambientalistas, juristas, abogados, jueces, y entienden saberlo todo, creen tener en sus manos la verdad absoluta.
Una lucha enfrentando los poderes económicos y los del estado debe tener más que acciones emotivas, debe contar con diversos tentáculos; Manifestaciones y vocerías en las calles, acciones de concientización, educación, trabajos en busca apoyo internacional, trabajos legales, buscar solidaridad de otros pueblos…….y un sin números de acciones que son indispensables.
Entonces sentarnos a cuestionar cada acción, cada opinión, las reuniones, donde se hacen, que se dijo….. no es lo más saludable, los más saludable es que cada uno asuma su responsabilidad y cargue con su cruz y desde su espacio aporte en lo que pueda y cómo pueda, sin creerse que todos deben hacer lo mismo y mucho menos pensar que lo que hacen es lo único qué hay que hacer.
Los políticos son parte del todos y todas, las autoridades locales son parte del todas y todos, los comunitarios son parte del todos y todas, los líderes religiosos son parte de ese todos y todas. Si seguimos ignorando el liderazgo y las incidencias que muchos tienen en las comunidades, seguiremos cada día restando apoyo, es una realidad palpable y nos guste o no. Si en verdad nuestros propósitos son claros esas cosas nos no debieran importar.
Dejemos de hablar de unión como un simple cliché que se oye bonito, no apoyamos los actos indecorosos, pero eso de cuestionar todo lo que hace y/o se dice, hace igual o más daño que recibir dádivas o quedarse al margen.
De niño que cuando hacía alguna travesura, recuerdo que veías mi madre llamándome con una correa en la mano, ensayando los golpes que me esperaban. Lógicamente yo no iba y hasta que ella no soltaba la sotana no volvía a la casa.
Es imposible conseguir que alguien venga a ti con una correa en la mano.